En Rabat escribí esto:

"Hoy fui capaz de sentir el paisaje como una inmensidad repleta de entidades que poseen voz en mi mente, palabras, más que emociones, el sol, una estrella humana según la ciencia, pero para mí, aún el sol, ocultándose en el horizonte a pesar de la inmensidad a la que pertenece, la fuente de luz, siempre fue así, ,,,,un símbolo, la rareza de la existencia, también la descubrí al intentar observar la figura humana en su esencia volumétrica, la cara es la apariencia de nuestra muerte, cotidiana repetida, siempre la misma.

Como esa línea de horizonte, tan igual a si misma y monótona, y  a la vez tan distinta en cada instante."